La metodología Agile es un método de trabajo que está cambiando el desarrollo de proyectos de muchas empresas, entre ellas, Google, Amazon y Microsoft. Desde la primera década del siglo XXI los desarrolladores de software de las grandes empresas han utilizado esta metodología. Conforme han pasado los años se ha abierto paso en otras áreas como marketing y recursos humanos. Pero ¿Qué puede hacer esta metodología por tu empresa?, ¿Vale la pena el esfuerzo de implementarlo?
El 99% del tiempo la respuesta es sí, pero continúa leyendo para saber si tu empresa entra en el porcentaje restante de los que no necesitan de esta metodología.
Primero que todo ¿Qué es Agile?
Agile es mucho más que una metodología de desarrollo de proyectos, más bien es una filosofía que determina una forma diferente de organizarse y trabajar.
Ofrece valor comercial desde las primeras etapas del desarrollo del producto. Requiere un enfoque profundo en el producto mínimo viable (PMV), es decir; el producto que proporciona las funcionalidades básicas y que reduce aquellas otras funcionalidades que se estiman más costosas y le proporcionan menor valor al usuario. Requiere de retroalimentación constante – mientras más constante, mejor.
Por ejemplo, si el PMV de tu empresa es el home de tu página web, tomaría dos semanas completarla y puede ser la herramienta que marque el éxito siguiente en tu empresa, incluso si el resto de la página aún no está terminada.
A pesar de todos los beneficios mencionados anteriormente, aún queda el 1% de las empresas que no son compatibles con esta metodología, es por eso que te presentamos la primera razón por la que Agile tal vez no sea para tu empresa.
1. El modelo de negocio de tu empresa no es compatible
La realidad es que esta metodología no aplica para todas las empresas. Algunos productos, empresas o equipos estrictamente regulados; como financieros o de atención médica simplemente no logran funcionar eficazmente dentro de un marco de trabajo Agile. Esto suele suceder dentro de modelos de negocios ya existentes, debido a que los empleados suelen saber exactamente qué características y funcionalidades tendrá el producto final y los pasos a seguir para lograrlo.
Si tu organización se encuentra en uno de estos campos, no es necesario que implementes marcos ágiles. Si tu empresa tiene una especificación detallada y definida de lo que se debe cumplir, se recomienda usar el enfoque Waterfall, el cual lleva el ciclo de vida del desarrollo de software en etapas sucesivas, por lo que la siguiente etapa no puede comenzar hasta que se complete la anterior.
1. Adoptas prácticas en lugar de principios.
Agile se define por 12 principios. Cualquier proceso o práctica que establezca con su equipo se considerará “ágil” siempre y cuando se adhiera a esos principios. Para algunas empresas, esto significa adoptar Scrum, para otros, es Kanban o algún otro marco. Agile no tiene una forma estable. De hecho, lo único constante en Agile es el cambio. Y eso se aplica a cada parte del proceso. Utilice los principios de Agile para reevaluar continuamente su flujo de trabajo y asegurarse de que se adapte a los cambios tan bien como su equipo.
3. Tu equipo no encuentra el valor en aplicar la metodología Agile
Si tu equipo no está convencido de que Agile tiene un valor, se verá reflejado en los resultados. Es fundamental contar con personas cuyos valores estén en línea con los valores de Agile. Para armar un equipo perfectamente alineado te recomendamos escanear tu red profesional en busca de personas con una cultura innovadora y propositiva.
Si tu personal no está tan entusiasmado, intente contratar a un Agile coach. Nadie puede explicar los valores y principios básicos de este enfoque de trabajo mejor que alguien que está capacitado profesionalmente para hacer precisamente eso.
4. Estás implementando la metodología de forma incorrecta
La cooperación continua entre el área de dirección y el área de desarrollo es la base misma de Agile. Si tu equipo de desarrollo es Agile, pero tu equipo de dirección no está preparado para invertir tiempo y esfuerzo en la comunicación diaria y la retroalimentación periódica, este enfoque será inútil.
Cuando la administración y el desarrollo operan de manera aislada, el equipo de desarrollo no obtiene suficiente información para trabajar de manera eficiente y el equipo de administración no obtiene suficiente información para administrar los requisitos y cumplir las metas definidas. Esto puede llevar a un círculo vicioso de malentendidos, donde no se cumplen las metas de la organización. Por lo tanto, antes de implementar Agile, asegúrate de que tanto el equipo de desarrollo como el equipo de gestión comprendan el valor y estén preparados para cooperar estrechamente a diario.
Conclusión
Ten en cuenta que “implementar Agile” no es lo mismo que “ser Agile”. Es muy importante asegurarte de pensar en la transformación Agile en términos de “ser” en lugar de “hacer” las prácticas prescritas. Está metodología que está cambiando el ADN de las compañías no es un conjunto de reglas. Mas bien es un paraguas que abarca una determinada forma de pensar, valores y principios.
La incorporación de nuevos marcos de trabajo como parte del éxito continuo es posible con una estrategia bien desarrollada que involucre a toda la organización y priorice la comunicación, la claridad y la mejora constante. Póngase en contacto con nosotros para una consulta gratuita sobre transformación digital y descubra cómo puede comenzar.